Aprende cómo preparar una deliciosa calabaza rellena, una receta sana, sin lactosa, apta para veganos y perfecta para toda la familia.
Escrito por Amanda Montiel el 9/02/2018 a las 12:53
Preparación: 50 min Dificultad: fácil Personas: 4
Descubrí la calabaza hace unos años gracias a un guiso de patata con calabaza y cebolla, todo muy pochadito y hecho a fuego bien lento. Un guiso de los de antes. Esta hortaliza nunca había formado parte de mi dieta habitual y a partir de ahí fue donde empezó mi curiosidad por ella.
La calabaza tiene una gran versatilidad y se puede utilizar tanto en platos saladoscomo en dulces, tiene un sabor dulzón muy característico y es muy melosa. Una vez asada tiene una de esas texturas que se disfrutan más con los ojos cerrados, sintiendo como se ponen en marcha todas tus papilas gustativas y es que se deshace en la boca como si de algodón se tratara.
Ingredientes para preparar la calabaza rellena
- Calabaza, 1,2 kg
- Espinacas, 1 manojo
- Cebolla, 200 g
- Setas, 200 g
- Patatas, 400 g
- Pipas de calabaza naturales, 50 g
- Sal
- Pimienta
- Aceite de Oliva Virgen Extra
Preparación de la calabaza rellena
01: Prepararamos la calabaza
Antes de empezar con la calabaza, vamos a poner el horno a precalentar a 220ºC.
Lo primero que debemos hacer es lavar la calabaza y secarla. Después la cortaremos por la mitad, debemos ir con mucho cuidado porque la piel es bastante dura. Lo mejor es introducir la punta del cuchillo lo más hondo que podamos, sacarlo y a partir de ese primer corte ir cortándola por la mitad. No importa si no os quedan las dos mitades iguales.
A continuación le vamos a quitar las fibras y las pipas con una cuchara. Después, le hacemos unos pequeños cortes a la pulpa con el cuchillo para que se nos ase antes.
Vamos a pintar las dos mitades con un poco de aceite de oliva virgen extra, una pizca de sal y otra de pimienta.
Forramos una bandeja de horno con papel apto para horno y ponemos las calabazas con la pulpa hacia abajo (nos ayudará a proteger la pulpa).
Ponemos la bandeja con las dos mitades de la calabaza en la parte media del horno a 220ºC.
Tardará unos 45 minutos a estar lista.
02:Preparamos las patatas
Lavamos bien las patatas, las pelamos y las cortamos en cuadraditos de unos 2 cm.
Forramos una bandeja con papel apto para horno y ponemos las patatas cortadas. Les vamos a añadir una cucharada de aceite de oliva virgen extra, una pizca de sal y otra de pimienta y mezclamos bien para que se impregnen por igual todas las patatas.
Ponemos la bandeja con las patatas en el horno, que estará a 220ºC, junto a la calabaza.
Estarán listas en unos 15 minutos.
03: Preparamos el resto de ingredientes para el relleno
Lavamos muy bien las espinacas para quitarles toda la tierra y a continuación, las cortamos en juliana.
Pelamos la cebolla, la cortamos por la mitad y cortamos también en juliana.
Cortamos las setas por la mitad o en cuatro dependiendo del tipo de setas que compréis y los grandes que sean. Yo he utilizado una mezcla de shiitake, flor de gírgola y shimeji blanco i marrón. Podéis utilizar las que más os apetezcan aunque yo os recomiendo que sea una seta con personalidad, que le infiera sabor a la receta.
04: Preparar el relleno
Ponemos una sartén a fuego medio y cuando esté caliente añadimos 1 cucharadita de aceite de oliva virgen extra. Con el aceite caliente echamos la cebolla, añadimos una pizca de sal y pochamos.
Cuando la cebolla adquiera ese tono transparente tan característico, añadimos las setas y salteamos.
A continuación, añadimos las espinacas cortadas y rehogamos hasta que estén tiernas.
05: Sacamos las patatas del horno
Recordad que las patatas se asan antes que la calabaza así que, en unos 15 minutos las tendremos listas.
Sacamos la bandeja con las patatas del horno y las añadimos a la sartén donde tenemos ya cocinada la cebolla, las setas y las espinacas. Reservamos.
06: Vaciamos la calabaza
Transcurridos unos 45 minutos tendremos nuestra calabaza asada.
Sacamos del horno con mucho cuidado, ¡está bien calentita!.
Con la ayuda de una cuchara retiramos la pulpa y la vamos añadiendo a la sartén donde tenemos el resto de ingredientes del relleno.
No debemos retirar toda la pulpa, dejaremos un borde de 1cm aproximadamente.
Una vez quitada toda la pulpa de la calabaza, mezclamos con el resto de ingredientes; la cebolla, las setas, las espinacas y las patatas.
07: Terminamos el relleno
Para terminar el relleno vamos a tostar las pipas de calabaza. Pondremos una sartén engrasada con muy poco aceite a fuego bajo y, cuando esté caliente, echaremos las pipas de calabaza y las iremos removiendo con una cuchara de madera hasta que queden tostadas.
Debemos ir con mucho cuidado ya que se tuestan enseguida.
Retiramos las pipas tostadas del fuego y las añadimos al resto del relleno que tenemos reservado en la sartén.
08: Rellenamos la calabaza y servimos
Con la ayuda de dos cucharas, vamos cogiendo el relleno que tenemos reservado en la sartén y lo vamos poniendo dentro de nuestra calabaza vacía hasta llenarla.
Ya solo nos faltará ponerla en un plato y ¡a disfrutar!.
Resultado final
La combinación de sabores es muy armónica y le da a cada ingrediente el papel que le corresponde. Aparte de ser un plato delicioso y muy vistoso es a su vez muy nutritivo. El conjunto de sabores de esta calabaza rellena, hará que se activen todos tus órganos sensoriales por lo que os la recomiendo sin duda alguna.
La calabaza es una hortaliza, rica en agua y de bajo aporte calórico. Aproximadamente, la calabaza tiene un contenido de agua del 90% y el resto de su composición se divide en un 71% de hidratos de carbono (la mayoría en forma de almidón por lo que son de asimilación lenta), un 20% de proteína y un 12% de grasas (datos obtenidos de BEDCA).
Destaca por su gran aporte en carotenos (los pigmentos que le dan a la calabaza ese color tan característico) y en consecuencia de vitamina A. Esto se debe a que nuestro organismo es capaz de transformar esos carotenos en vitamina A que nos ayuda a proteger la piel y la visión además de ser antioxidante. Debido a la gran cantidad de fibra que contiene nos ayuda a saciarnos más fácilmente y facilita el tránsito intestinal.
Podemos aprovechar las pipas que hemos retirado de la calabaza para guardarlas de tentempié. Solo tenemos que retirarlas bien de la fibra a la que van pegadas, lavarlas y secarlas con un paño. A continuación, las ponemos en un plato o bandeja bien extendidas (que no queden montadas unas sobre otras), las salamos y las dejamos secar al aire libre expuestas al sol 24-48h (dependiendo de la época del año y del tiempo). Una vez estén bien secas, las podemos a tostar en una sartén hasta que estén bien doraditas. Las guardamos en una bolsa bien cerrada y tenemos listas unas pipas de calabaza estupendas para cuando tengamos deseo de salado.
Si todavía no habéis probado la calabaza o es un alimento que se os resiste, os recomiendo que hagáis esta receta y luego me contáis si no es verdad que se han activado todos vuestros sentidos…