El español que cultiva el cielo de Hong Kong
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- ISMAEL ARANA (EL MUNDO)
Pol Fábrega promueve la agricultura urbana en la región asiática desde la azotea de una torre de 39 pisos, un movimiento que ha ido en aumento en los últimos años
El Hong Kong que se vislumbra desde la azotea del Banco de América poco tiene que ver con el que se experimenta a ras de suelo. Lejos del bullicio de sus atestadas calles, la visión recoleta de esta jungla de rascacielos partida en dos por la bahía Victoria y rodeada por montañas aporta al espectador una sensación de calma que le alivia del estrés que atenaza al hongkonés de a pie, todo un lujo gratuito en una de las urbes más caras del mundo.
Pero además de paz interior, este inusual oasis a 39 pisos de altura también es ideal para el cultivo de algo mucho más mundano: vegetales. Allí, ambos florecen gracias al trabajo de Rooftop Republic, una empresa social que desde hace tres años se dedica a promover la agricultura urbana y un estilo de vida sostenible con el que "revolucionar el sistema alimentario y transformar la relación que las personas tienen con los alimentos", según recoge su propia página web.
En el caso de esta torre la innovadora empresa gestiona un huerto urbano de 130 metros cuadrados en el que crecen remolachas, tomates o kale (una verdura local) gracias a la colaboración de los trabajadores de una firma inmobiliaria cercana que acuden voluntariamente a plantar nuevas semillas o recolectar una cosecha que es donada íntegramente a un banco de alimentos.
"El ritmo de la ciudad es vertiginoso y el estrés no te da respiro", aseguró a ZEN Pol Fàbrega, barcelonés afincado en Hong Kong que puso en marcha el proyecto en 2015 junto a dos socios locales. "Para ellos, el poder desconectar disfrutando de estos espacios verdes mientras cultivan hortalizas con sus propias manos e interaccionan con sus compañeros fuera del competitivo entorno laboral es una experiencia enriquecedora y muy gratificante", añade. Las sonrisas y charlas de los oficinistas que hoy han acudido a recoger lechugas así lo confirman.
El del Banco de América fue el primero de los 36 huertos urbanos que Rooftop Republic ha montado durante estos años, más de 31.000 metros cuadrados de necesario espacio verde entre tanto acero y hormigón localizados en algunos de los edificios más representativos de la ex colonia británica, como la torre Nan Fung o el Fringe Club, en pleno barrio de marcha de Lang Kwai Fong.
El surgimiento de estos huertos forma parte del creciente movimiento de agricultura urbana que desde hace un tiempo busca transformar la fisionomía de una ciudad donde surgen como setas las torres de 50 o más pisos y se apiñan 7,8 millones de personas en unas calles con una densidad de población por metro cuadrado que será la más grande del mundo en 2025, según un estudio de Bloomberg.
Además, si a mediados del siglo pasado este territorio era capaz de producir el 60% de los alimentos que consumía, hoy la agricultura apenas aporta un 0,1% del PIB de Hong Kong, que importa el 90% de lo que se come, principalmente de la China continental. Precisamente, desde allí no deja de llegar un escándalo alimentario tras otro -desde la leche en polvo para bebés a huevos, gambas, carne de cerdo o sandías-, lo que preocupa a un consumidor "que pide alternativas para abastecerse de comida segura, saludable, local y ecológica", subraya Fábrega.
Para ahondar en esta vía, los creadores de estas pequeñas repúblicas verdes también organizan actividades educativas y de ocio que sirven para sensibilizar y educar a la par que rompen barreras sociales y ponen en contacto a dos colectivos (rural y urbano) que difícilmente llegarían a conocerse si no es a través de este espacio físico que ellos brindan. "En total, casi 6.000 personas han participado en alguno de los 275 talleres y seminarios que hemos organizado, que abarcan desde una sencilla charla sobre nutrición, la industria alimentaria o cultivo orgánico a clases de cocina en las que se utiliza una verdura de temporada".
El movimiento, aunque incipiente, apenas se ha desperezado. Según el profesor de arquitectura de la Universidad de Hong Kong, Matthew Pryor, en la actualidad existen unos 1.500 agricultores urbanos que cultivan un área de hectárea y media, aunque cree que hay potencial suficiente para que unas 50.000 personas labren 600 hectáreas. "Por ahora, estas huertas de azotea no producen prácticamente nada en comparación con el consumo total de la ciudad", aseguró recientemente a Associate Press. "Pero más allá de lo comestible, lo que sí que dan es felicidad, y el capital social que generan es enorme".
Mientras el movimiento se consolida, Rooftop Republic ya ha puesto sus ojos al otro lado de la frontera. "No hay duda de que China tiene un gran potencial, más en un sector como este que no está muy desarrollado", reconoce Fábrega. "Ya estamos en conversaciones con firmas de arquitectura y constructoras y sería muy interesante poder integrar los huertos urbanos desde la fase de diseño del edificio. Aun así, China es un mercado difícil de entrar en el que necesitas al socio local adecuado, así que iremos con calma".
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